La Emoción del Aprendiz. La lección no escrita

En esta oportunidad les quiero contar sobre algo que nos pasa a todos cuando nos iniciamos en Reiki o en cualquier otra disciplina que nos ayuda a sanar e incluso a transformar nuestra vida de una marera sublime y especial.

El iniciar en el camino de Reiki, en mi caso fue de manera «casual», debido a que me apunté en ese taller pensando en una manera de compartir con mi amiga, que fue la que me informó del taller. Pero luego que empecé (en pleno taller), a sentir los efectos y sensaciones de una terapia de Reiki; entró en mi un furor gigantesco por querer aprender a hacerlo e informarme cada vez más acerca de esto. Para hacer la historia corta, cuando llego a mi casa guiado por esa emoción, deseaba hacerle Reiki a todo el mundo en mi casa.

Analizando en retrospectiva,  la intención no estaba errada, sin embargo la manera tan brusca de imponer algo que apenas mis familiares conocían no fue la más correcta. En ese momento lo que predominaba era el Ego y no mi Yo Superior.

Similar a mi historia, se de algunas amistades que han incursionado en el mundo del Reiki y de otras disciplinas, que han experimentado ese mismo furor, y nos damos cuenta que vivimos mismo grado de frustración por no tener con quien practicar.

La labor principal del Reiki no es sanar a otros, es sanarte a ti mismo.

Al iniciar en este camino, nuestra energía empieza a cambiar y nuestro grado de conciencia se empieza a elevar; sin embargo por estar dando los primeros pasos tendemos a ver en Reiki la solución de todo, cuando es solo una parte. Para mejorar en las canalizaciones y sanaciones debemos hacer mucho trabajo interno, leer y meditar; porque dependemos de que nuestros canales energéticos se encuentren abiertos y limpios para ello.

De igual forma, cuando tenemos deseos de cuidar y sanar a los demás, dejamos de ver que nosotros somos los que estamos en busca de esa sanación, y el tercero solo es nuestro espejo… Como diría una gran amiga mía y maestra de vida: «Buscamos a fuera lo que tenemos dentro».

No persigas a tus amigos/familiares.

Si bien es cierto que tenemos mucha emoción por el momento de sentir que podemos hacer Reiki, es importante encausarla y no presionar a nuestras amistades y/o familiares; porque  nos tildarán de fastidiosos. En este camino también veremos muchos casos, en que la persona no esta dispuesta a sanar y por ende no esta preparada para estas terapias y esos procesos debemos respetarlos.

Aprovecha la emoción, estudia y práctica.

Teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, aprovechemos esa emoción de haber aprendido algo nuevo y que sabemos que tiene efectos reales, hagamos el Reiki parte de nuestra vida:

  • Haz Autotratamiento de forma diaria y busca la forma en la que te sientes cómodo/a.
  • Aprende a sentir tu propia energía.
  • Repasa y practica todas las técnicas en ti primero, antes de aplicarlas a otro.
  • Envía Reiki a distancia al planeta, a tu país, o a una planta de tu jardín (es una experiencia genial).
  • Dale Reiki a tu mascota si tienes; aprenderás a comunicarte mejor con ella a través de su energía.
  • Experimenta con otros usos que le puedes dar a los símbolos de Reiki.

Para finalizar les dejo una ultima recomendación, que de verdad me ha estado resonando los últimos días: Aprende a escucharte, en el silencio de la meditación.

Namasté

Publicado por Asdrúbal A Canache S

Reiki Master - Terapeuta Holístico - Publicista

Un comentario en “La Emoción del Aprendiz. La lección no escrita

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: