Aunque puede ser extraño este título, sobretodo en esta época, lo primero que te quiero invitar a revisar es que existe una particularidad.
Es más recurrente reconocernos perdidos en la vida, que en el sitio correcto y aunque esto genera mucho caos personal, cuando nos vemos en esos espacios ganamos más de lo que podemos imaginar.
Pero, aunque duele verse allí, esa recurrencia de sentirnos perdidos, está relacionado con el no tener claro nuestro Sentido de Vida.
¿Sentido de Vida y Propósito son Iguales?
Aunque ahorita tienden a manejarse como sinónimos, son sutilmente distintos:
- El Propósito nos responde la pregunta del ¿Para qué vivo?
- El Sentido está orientado a encontrar respuesta al ¿Por qué vivo?
Sutil pero radicalmente diferentes, la primera te obliga a Hacer algo y la segunda te revela que puedes Ser algo, otorgándote mayor poder y auto gestión en la vida.
De hecho, Victor Frankl, psiquiatra, neurólogo y filósofo austriaco sobreviviente de los campos de concentración Nazi, escribió en su libro “El Hombre en Búsqueda del Sentido” que “si tenemos un “por qué”, siempre encontraremos un “cómo””
Normalizando la Ausencia de los Por qué
Sin embargo, poco se ha conversado de la falta de respuestas a ese Por Qué se puede deber a nuestra vida en un permanente HACER.
Es decir, vivimos HACIENDO, pero no SIENDO, por lo que las creencias de nuestro contexto histórico y familiar, llegan a ser tan agobiantemente poderosas.
Generando que nos enfrentemos a la infelicidad, aunque tengamos (aparentemente) la familia perfecta, el trabajo mejor remunerado del país o incluso contar con el mejor status social.
Por eso, es más común de lo que crees no tener un Por qué
La pérdida de los Por qué
Pero también existen momentos donde los Por qué se pierden y nos llenan de angustia, dolor o frustración, pero no por ello carecen de un alto grado de aprendizaje.
En lo personal tuve momentos hitos en mi vida que me llevaron (hoy lo veo) a deambular en el tema del Por qué vivo.
Desde mi experiencia en el deslave de La Guaira de 1999 donde pude ver situaciones dantescas, el agobio del intento de suicidio de una de mis ex parejas por evitar poner fin a la relación o incluso atravesar una crisis de fe al verme en rabia contra Dios.
Los aprendizajes de estar Sin Sentido.
Pero en general, aunque todo esto pasa y causa estragos profundos, no tener una respuesta clara al por qué vivimos siempre regala cosas interesantes, dignas de mirar y admirar:
- Es más fácil hacerse el loco, que reconocerse perdido.
- Reconocerse perdido, es el primer paso para encontrar algo.
- Encontrar el por qué es más sencillo con el apoyo de alguien, que de manera autónoma.
- Estar sin un por qué te da la libertad de construirlo y eso te convierte en autor de tu propia historia; con todo lo que ello implica.
- Que tu vida responda a un total “sin sentido” es también una opción.
- Por más que dos seres humanos tengan un sentido de vida similar en el nombre, la forma de manifestarlo es totalmente distinta.
- El sentido de vida puede cambiar, evolucionar o reescribir tantas veces sea necesario hasta que en tu fuero interno resuene con el más adecuado para el momento. Esto obedece a que tus intereses a los 20 años no son iguales a los 40 años o a los 60 años.
Remitiéndome nuevamente a Víctor Frankl, él dice en su libro que: «Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino».
Desde allí puedo decirte que, más allá del dolor de no tener o perder tus por qué, estar Sin Sentido también te regala unas joyas personales.
El Tesoro del Sin Sentido
Cuando miras que pierdes ese por qué vivo, experimentas el desgarro de esa perdida, sobre pasas ese duelo personal, sueles tener un momento que parece una epifanía, una joya brillante que solo tú puedes decidir si tomarla o no.
Me permitiré hacer públicos por primera vez los míos y te los comento acá:
- Reconocerte vulnerable, es reconocerte humano y desde allí le abres la puerta tanto al dolor como al amor. Es por eso que, si cierras esa puerta no sentirás dolor, pero tampoco el verdadero amor. Mi tesoro: El Sentir
- La vida puede terminar en cualquier instante y nunca sabrás cuando es ese momento, pero eso es lo único que no está en tus manos (al menos de manera consciente). Mi tesoro: La Autonomía de mi Vida.
- Amar de manera diferente a las convenciones sociales y al contexto histórico, no te hace menos persona. Es por ello que quien te juzga, es solo un ser con miedo a lo diferente, no te lo tomes personal, aunque su rechazo en algunos momentos te destroce. Mi tesoro: La Valentía de Amar.
- No puedes exigir que el mundo te acepte, cuando tú mismo rechazas partes de ti e incluso así, es necesario entender que el otro haga algo, está fuera de tu alcance. Es por ello que el primer voto de confianza lo tengas hacia ti mismo. Mi Tesoro: La Aceptación.
Por eso te quiero invitar a revisar, en caso de que no tengas una respuesta a ¿por qué vivir? Pienses, ¿Cuál pueden ser tus tesoros al no tenerlos? Y luego hagas lo más bello que existe, aprovechar esos tesoros para construirlo.
¿No sabes cómo?
Puedes entrar en mi taller gratuito “Ruta al Sentido” o agendar una llamada gratuita para poder acompañarte a ir a la conquista de él.
Un abrazo.